Este yearling de la foto ha conseguido en 2021 ser séptimo en la clasificación del "As Paloma Regional de Medio Fondo" contra 3.807 palomas, lo que no está nada mal para una casa modesta como la mía, y como suele pasar en muchos de estos casos tiene detrás de sí una curiosa "anécdota colombófila". En septiembre de 2020 me contactó un colombófilo de mi zona pidiéndome pichones de una determinada pareja de las que salen en la web, pero le tuve que decir que no había disponibilidad de los mismos debido a que se había vendido todo lo criado en el año y en aquellas fechas ya no tenía las parejas juntas. Tanto insistió el buen hombre que accedí a "rehacer" la pareja a finales de septiembre para criarle un par de pichones, con el transtorno que eso supone cuando tienes al resto de parejas sin criar. Pues nada, que le saco los dos pichones a este hombre y cuando llega el momento de recogerlos me dice que se los envíe ya pero que él me los pagará en febrero, todo esto sin haberlo avisado previamente ni consultar conmigo si esa forma de proceder era correcta. Visto lo anterior la operación no llegó a buen puerto y los dos pichones se quedaron en casa. Desde el primer momento estos dos fueron siempre a remolque de todos los demás... más pequeños, peor mudados, menos sueltas de entrenamiento,... Yo lo único que me preguntaba era cuándo se perderían, pero sucedió todo lo contrario y ambos hicieron una campaña espectacular siendo de los más destacados de mi palomar. Está claro que sabemos muy poco de estos animales... miramos ojos, plumas, quillas, alas y demás, pero lo que realmente los hace destacar es lo que va "por dentro" y en muchos casos, como los del ejemplo que les comentaba al principio, da igual que sean pequeños, mal mudados y con poco entrenamiento si van sobrados de corazón.
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