Este es bueno...

Repasando mis archivos, con la misma idea que me asalta cada vez que subo al palomar de reproductores... "falta espacio, falta espacio!!!!.... je,je,je,je,je", es decir, con la intención de aligerar un poco su contenido, quitando lo superfluo y guardando sólo lo mejor, me encontré con este excelente artículo que el "sabio" Mauricio Jemal publicó en 2004, en la ya desaparecida revista "Winning", que dirigía por aquel entonces Steven van Breemen. En él, se habla claro, como no he visto en ningún otro texto, sobre lo ilusos que llegamos a ser los colombófilos cuando empezamos a "jugar" con la consanguinidad en nuestro palomar, creyendo que podremos perpetuar por esa vía la "creación de campeones". Esto es lo que argumenta D. Mauricio desde Méjico...

LA MITOLOGIA DE LA GENETICA. EL NOMBRE DEL JUEGO ES LA SELECCIÓN

"... El titulo de este artículo es algo fuerte, pero ¿qué significa?. Bueno, obviamente la genética esta doquier. Siempre lo ha estado y siempre lo estará. Pero, verdaderamente, la genética no esta bajo nuestro control. Nos gustaría creerlo, pero, al final, no lo logramos. Podemos estar familiarizados con las Leyes Mendelianas de la Herencia, pero, lamentablemente, en lo que a la herencia se refiere, no es tan simple. Existen colombófilos que, por el simple hecho de haber leído un capitulo o dos, o, quizás, un libro entero sobre el tema, ya se sienten genetistas. Se consideran conocedores de la materia y, de alguna manera, pretenden dar la impresión de que dominan el asunto. Este es el clásico caso del “tuerto en la tierra de los ciegos”. El hecho de haber logrado un poquito de conocimiento sobre la materia no los convierte en alguna especie de "experto", ni por el simple hecho de haber practicado algo de consanguinidad en su colonia (probablemente errónea) significa que ya esté convertido o transformado en algo así como un perito o catedrático en genética, sin entrar a considerar las posibles pretensiones comerciales que pudieran existir tras estas prácticas para venta de animales, etc.

La genética es una palabra algo mística y, como la mayor parte de las personas prefieren sacarle la vuelta a algo que conciben como complicado, ven con respeto y admiración al “tuerto”, supuesto conocedor del tema, que les arroja términos genéticos, a diestra y siniestra, que ni por casualidad empiezan a comprender o a entender, ni ellos mismo.

Como se comentó antes, “la genética esta doquier”. Esto es cierto. ¿Pero será necesario comprender y entender la materia? La pura verdad es que fuera de la herencia de los colores de pluma y de los ojos, es poco lo que a los colombófilos comunes y corrientes les proporciona, de manera que es poca la contribución útil que aporta. Porque si, por ejemplo, se quiere seleccionar para algunos "factores abstractos", ¿qué se va a emplear como patrón de guía, como ruta a seguir?. ¿A caso alguno de ustedes seleccionaría de la misma manera que lo haría yo, o cualquier otro, para factores tales como: carácter, tenacidad, musculatura, etc.? Simplemente, por nombrar algunas de los factores que se manejan. Claro que no. Si ni siquiera algo tan sencillo como los colores los vemos todos de igual manera y, mucho menos, los llamamos con el mismo término. Si con los colores no nos ponemos de acuerdo, ¿qué se puede esperar de una posible evaluación de todos los demás factores?. La manera en que ustedes los verían y como yo o cualquier otro los calificaría sería de una forma completamente distinta. De manera que es fácil apreciar lo complicado que se pueden poner las cosas. Así es que, ¿cuál va a ser el estándar a seguir? ¿qué vamos a emplear como guía?. El estándar va a ser la selección. A esto se reduce la situación, a la selección.

¿Se les ha ocurrido alguna vez preguntarse cómo se originaron las diferentes razas de ganado, perros, caballos, y lo que nos interesa en especial, las palomas, sobre todo las de fantasía?. La mayor parte de estas razas o variedades se crearon mucho antes de la época de Gregorio Mendel (Padre de la Genética). ¿De qué manera intervino aquí la genética? Desde luego que siempre ha existido la genética, pero no nos afectó. Y no nos afectó porque se recurrió a la selección y nada más que la selección. Ser un "maestro de la selección" es como se le llama a este juego. Pueden ustedes olvidarse de adornarse con terminologías genéticas o pretender ser genetistas. Permítanme decirles esto: ustedes podrían tener un doctorado en genética, pero si desconocen los factores deseables para la selección, estarían perdidos. Comento otra cosa: dos personas podrían iniciarse con, exactamente, las mismas palomas. Uno sacaría una tanda de pichones el primer año y el otro al siguiente. No hay nada que pudiera ser más parejo o cercano que iniciarse con exactamente el mismo origen, pero ¿saben que?... probablemente, acabarían diametralmente opuestos, en lo referente a las características de sus palomas, en unas cuantas generaciones. ¿Saben por qué?. Por la selección. ¡Todo se debe a la selección!. Para resumir, el factor importante, el secreto del mito, estriba en la posibilidad de seleccionar. Así se le llama a este juego, pero no hay que olvidar que únicamente unos cuantos individuos selectos logran dominar el arte de seleccionar."

Creo que no hace falta añadir ni una coma a este texto... 

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