Cuando empecé a adquirir "palomas con pedigree" (2002) mi primer gran amor fueron los Jan Aarden. Unas palomas preciosas a la mano y con un corazón y un coraje por volver a casa que no tiene igual en ninguna otra línea de palomas. Como yo soy de los que cuando se meten en algo le gusta hacerlo bien, aposté por buscar palomas en los palomares que en aquella época eran los mayores exponentes de la "pureza" y de la calidad de los Aarden. La pureza la pongo entre comillas porque ya saben que el propio Aarden no creía en el concepto de líneas puras y metía palomas de todos los ganadores de gran fondo que volaban en su zona, sin fijarse en procedencias. Siguiendo lo anterior incorporé palomas directas de los Hermanos Brugemann, Hermanos Hagens, Jan Polder, Martha van Geel, Machiel Buijk, Van Tuyl (Lazeroms+Hagens), etc. Con estos mimbres hice un cesto del que no me puedo quejar ... tanto por sus resultados deportivos como por sus resultados en la venta, pero con mi llegada a Madrid las cosas cambiaron y las palomas también. En Madrid los grandes fondos son testimoniales, cuando se vuelan, y los fondos se vuelan con palomas de velocidad, por lo fácil que es nuestra línea de vuelo. Esto hizo que los Aarden se "aburrieran" mucho en mi palomar de Madrid, porque sólo podían destacar un par de días al año y el resto tenían que ver cómo los Janssen, Gabys, Van Loon y demás "bólidos" los pasaban por todos lados. Al poco de estar aquí, decidí vender toda mi reproducción Aarden menos un macho Brugemann, que es tan bueno que se me partía el alma de sólo pensar en venderlo por 100 ó 200 euros, que era lo máximo que podría sacar por él en estos tiempos de crisis y con su edad. Tras unos años de "abstinencia" he vuelto a caer en el vicio de los Aarden y el año pasado incorporé tres palomas de Machiel Buijk (un macho y dos hembras) con la idea de ir matando un poco el "mono de Aardens". Este 2022 volarán su primeros pichones en mi palomar, por lo que volveré a sufrir viéndolos llegar tarde en muchas sueltas, pero me recrearé admirando su estampa en el palomar y sabiendo que si las cosas se complican puedo contar siempre con ellos.
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