La noche anterior

Da igual que uno tenga treinta... como cuando yo empecé a volar de forma "oficial"... o que, como ahora, esté ya cerca de los cincuenta... la noche antes del primer concurso de la temporada siempre es algo especial. Son nervios y mariposas en el estómago por la incertidumbre de lo que nos depararán las cestas cuando mañana temprano se abran y nuestros pichones se prueben por primera vez dentro de un bando de varios miles de palomas. No importa demasiado que uno sepa de antemano que se trata de una suelta sencilla y que cada año las pérdidas son mínimas, porque este es el momento de empezar a comprobar si lo que hemos estado mimando y viendo crecer en nuestro palomar durante todo un año realmente vale la pena y si podremos confiar en ellos para retos mayores... o si, por el contrario hemos estado perdiendo el tiempo con palomas que no merecen llevar el sufijo de "mensajeras". En mi caso mañana tendré el primer concurso de la temporada desde Navalmoral de la Mata (Cáceres), lo que supone cerca de unos 200 kms. a mi palomar. Sólo he encestado a los treinta y cuatro pichones que tengo este año para competir porque no me gusta nada meter adultos en estas "sueltas locas", donde las palomas ya contrastadas tienen poco que ganar y mucho que perder.

Ahora, con la palomas ya rumbo al punto de suelta, sólo queda intentar dormir un poco y desear que la noche pase pronto para mañana ir al palomar y empezar a disfrutar... y a sufrir con lo que realmente nos gusta... Esperar Palomas

Comentarios