Demasiada naturaleza

Ya les he comentado en varias ocasiones cuál es la situación de mi palomar en Madrid... en plena naturaleza y a pocos metros (unos 400) del río Henares. Esto de volar lejos de la civilización tiene sus cosas buenas y sus cosas malas... como todo en la vida, pero últimamente son las malas las que me están tocando más de cerca. Después de haber visto entrar o rondar por mi palomar: gatos, perros, conejos, mapaches, jabalíes, zorros, culebras, comadrejas, etc... ahora me tocó conocer de cerca al "hermano" azor. Para colmo, el día que escogió para hacerme su visita fue justo cuando volvía a soltar mis palomas por primera vez después de tenerlas todo el otoño encerradas precisamente para evitar el ataque de rapaces. Ya se pueden imaginar cómo tuvo que ser el "festival" de adultos "gordinflones" y pichones inexpertos intentado huir de esta "máquina de cazar". Como suele pasar con estas rapaces no dudó ni un momento en meterse dentro del palomar para intentar atrapar alguna paloma. El resumen de bajas, por suerte, no fue muy elevado... un muerto y otro que tuve que sacrificar posteriormente, porque quedó en un estado irrecuperable. Lo peor fueron los "desaparecidos"... a día de hoy, cuando ya ha pasado una semana del ataque, aun me falta diez pichones que supongo que huyeron despavoridos. Inicialmente faltaron diecisiete, pero algunos han ido llegando poco a poco en estos días.

Para el 2017 me temo que tendré que sumar a mi lista de cría la cuota dedicada a los "visitantes no deseados". Para quedarme con cuarenta pichones habrá que criar al menos sesenta, para tener veinte para estos posibles "imprevistos", que le vamos a hacer :(

Como no todo va a ser malo... miren que "manojo" tan bueno de ortigas me ha crecido en la puerta del palomar, alguna ventaja tenía que tener esto de vivir en el campo ;)

Comentarios